pequeños discos rojos en una caja negra: Pat Metheny Group

domingo, 14 de octubre de 2007

Pat Metheny Group - "Offramp" (1982)

Offramp es el tercer disco del Pat Metheny Group y uno que marca una diferencia radical con respecto a sus predecesores. Por un lado, incorpora al conjunto al percusionista brasilero Naná Vasconcelos, quien realiza un trabajo complejo y sutil, interpretando su set con la sensibilidad que las composiciones requieren. Por otra parte, el sonido general es muy distinto al de los álbumes anteriores de Pat Metheny -del Group y también de sus discos solistas-: es mucho más suave y delicado, emparentado a la fusión pero dueño de una delicadeza que el género -y, digámoslo, la música en general- no suelen ofrecer. Esto no significa, para nada, que lo de Offramp sea insulso ni débil ni mucho menos música de ascensor. No tiene nada del mal llamado jazz del tan detestado -por Metheny, pero también por mí- saxofonista Kenny G. Todo lo contrario. El talento de los cinco músicos queda plasmado desde la primera nota, la creatividad es absoluta. Las interpretaciones de Metheny y, particularmente, las del tecladista Lyle Mays, son asombrosas. Consiguen transmitir una bella sensación nocturna, apacible, cálida, que al mismo tiempo resulta ser profunda y altamente espiritual.

Sobre bases relativamente simples -la batería de Don Gottlieb es, en perfecta sintonía con el resto del disco, "humilde" y compleja al mismo tiempo; los bajos de Steve Rodby nunca fueron tan hipnóticos- y melodías hermosas, de esas que pueden tararearse con mucha facilidad, el dúo crea solos que ponen la piel de gallina. Las composiciones -todas de Metheny y Mays, excepto dos en las que se suma Vasconcelos- son perfectas. El guitarrista y el tecladista venían de tocar con Joni Mitchell en su gira de 1980 y se nota en las composiciones un interés profundo por la canción, que convierte a Offramp en uno de los álbumes mejores escritos que escuché jamás. De hecho, me comentaron hace poco, la increíble James está inspirada por y dedicada a mi adorado James Taylor. Noticia que, debo decirlo, me hizo sonreir. Parece que Pat no sólo tiene buen gusto musical a la hora de componer y tocar.