domingo, 6 de julio de 2008

Nick Drake - "Pink Moon" (1972)


Sin más que su guitarra y su voz -y un piano mínimo en el tema que da título al álbum-, Nick Drake grabó su tercer y último trabajo durante dos oscuras, tristes, desoladoras, históricamente imprescindibles, medianoches de 1972. Porque Pink Moon, años más tarde, se convertiría en uno de los álbumes fundamentales, más inspiradores, de su época.

Como a tantos otros genios, a Drake el reconocimiento le llegó -demasiado- tarde. Murió de sobredosis de antidepresivos a fines de 1974, y sus últimos años estuvieron signados por la depresión y el insomnio. Pero hay que intentar que su tragedia -tragedia alejada del rock and roll lifestyle y de las luces, sin ningún tipo de glamour, ni fiesta, ni estatus épico-, que su tragedia, decía, no sea más importante que su música. Aunque, en última instancia, sus demonios y sus canciones son imposibles de separar.

Lo cierto es que, por más que se busque, es difícil encontrar un conjunto de canciones más dolorosas, sufridas, devastadoras, emocionalmente heridas, solitarias, que las que Drake interpreta en este álbum. Su voz es débil, las cuerdas de la guitarra tiemblan, poéticas, entre sus manos enormes. Es fácil imaginarlo incómodo en su largura, con los ojos perdidos, sentado en el estudio tocando joyas como Know o Road. Y es fácil imaginar la situación, no porque sea una imagen recurrente en pantallas y trozos de papel -todo lo contrario: no existen demasiadas fotos de él; es fácil imaginarla porque su música es tan íntima, tan cercana, toca con tanta profundidad, que con cerrar los ojos ya podemos sentirlo lamentándonos en los oídos los versos de Free Ride o acariciando los acordes de Place to Be a centímetros de nuestros cuerpos.

La música de Drake pinta a la perfección esos momentos en que nos sentimos empujados, apartados de otros seres humanos. Esos momentos en que necesitamos revivir situaciones que jamás van a ocurrir nuevamente. Esos momentos en que necesitamos capturar la belleza de nuestro alrededor y guardarla en una caja; en que queremos compartir esa belleza pero no podemos. Cada sentimiento de desamor, de nostalgia, de lágrimas, de desesperación, de desamparo está, de uno u otro modo, en la obra de Nick. Demasiado romántico para su época, increíblemente expresivo y talentoso, Drake fue capaz de crear un puñado de canciones que comprimen, como ningún otro puñado de canciones, el más desértico y asfixiante de los universos de dolor.

01 - Pink Moon
02 - Place to Be
03 - Road
04 - Which Will
05 - Horn
06 - Things Behind the Sun
07 - Know
08 - Parasite
09 - Free Ride
10 - Harvest Breed
11 - From the Morning


@320 kbp/s


When I was young, younger than before,
I never saw the truth hanging from the door
And now I'm older, see it face to face
And now I'm older, gotta get up clean the place

And I was green, greener than the hill
where the flowers grew and the sun shone still
Now I'm darker than the deepest sea
Just hand me down, give me a place to be

And I was strong, strong in the sun
I thought I'd see when day is done
Now I'm weaker than the palest blue
Oh, so weak in this need for you

(Place to Be)

2 comentarios:

Theskychildren dijo...

Obra maestra. Los tres albums de estudio de Nick Drake, deben estar, en cualquier colección de música que se precie. Aunque ya lo tengo, gracias Josef por el posteo.


RING

Josef Gaishun dijo...

Totalmente. Hay pocas cosas más hermosas que esos tres álbumes. Deberían ser de escucha obligada en todos los colegios primarios del mundo. :P

(El comentario va en broma, pero antes que muchos de los contenidos que se dan hoy en día en los colegios primerios...
Realmente, preferiría que el día de mañana mi hijo de diez años disfrute de Pink Moon, aunque no llegue a entenderlo en profundidad, antes de que lo obliguen a enaltecer a la figura de Sarmiento).