Oceana, quinto disco del guitarrista Ben Monder, es uno de esos trabajos que hacen pensar que Frank Zappa la estaba pifiando cuando bromeaba, allá por 1974, con que "jazz is not dead, it just smells funny" ("el jazz no está muerto, solamente huele raro"). Obviamente, se hizo muchísimo jazz genial desde 1974, y cito a esa frase de Zappa solamente para remarcar el carácter innovador, vital, de la obra de Monder en general, y de este disco en particular.
Con formación de guitarra eléctrica, bajo -Kermit Driscoll o Skuli Sverrisson- y batería -Ted Poor-, más voz en un par de temas a cargo de Theo Bleckmann, Ben no le tiene miedo ni a las improvisaciones valientes, ni a las composiciones largas, ni, por momentos, a la distorsión demoledora. El feeling general es reflexivo y ágil al mismo tiempo; muchas veces atonal y a la vez relativamente accesible. Rico en texturas, en paisajes sonoros orgánicos. Monder y compañía crearon un trabajo muy original a nivel compositivo: siempre fluido, y que pasa con facilidad de interacción saltarina a densidad abrumadora.
La música de Oceana nunca es demasiado romántica ni tampoco demasiado intelectual. Por el contrario, ambas características se encuentran relegadas a climas sutiles, acertadamente caracterizados como "profundidades acuáticas" por el periodista Nils Jacobson. Y otra cosa admirable que hace notar Jacobson es cómo el álbum logra mantener al oyente sumergido en esa profundidad durante setenta minutos de puro embrujo musical. Toda una maravilla.
01 - Still Motion
02 - Light
03 - Oceana
04 - Echolalia
05 - Double Sun
06 - Rooms of Light
07 - Spectre
3 comentarios:
Excelente guitarrista, muy atmosférico. Gracias
Muy, muy atmosférico. Y excelente compositor, también. ¡Que lo disfrutes!
Un saludo.
Muchas gracias por compartirlo.
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