domingo, 22 de junio de 2008

Ástor Piazzolla - "Otoño Porteño" (1984)


Composiciones grandiosas, dueñas de enorme fuerza emotiva. Improvisaciones impecables, altamente imaginativas, que ponen en evidencia el nivel magistral de sus intérpretes. Climas que pintan paisajes nostálgicos, tristes, conmovedores y -como dice el poco creativo título de la edición- otoñales, típicamente porteños. Todo eso se encuentra plasmado en este recital que Ástor Piazzolla (no soy el primero en decirlo, tal vez el mayor innovador de la música argentina del siglo XX) brindó junto a su quinteto del momento en el Festival Internacional de Jazz de Montreal el 4 de julio de 1984. El conjunto está integrado por el gran Ástor en bandoneón, Pablo Ziegler en piano, Fernando Suárez Paz en violín, Oscar López Ruiz en guitarra eléctrica y Héctor Console en contrabajo.

De la música de Piazzolla se podrían decir mil cosas; a su tango revolucionario se le podrían poner cientos de adjetivos. Romántico, cerebral, pasional, complejo, vibrante, infernalmente creativo, fundamental, sensible, melancólico, gris (de hecho, es capaz de expresar la gama de grises más amplia de la historia de la música), solemne y a la vez vívido, deslumbrante, mágico. Son las primeras palabras que se me vienen a la cabeza y las que en estos segundos mejor me permiten expresar, dentro de mi vocabulario sin duda (muy) limitado, lo que me transmite el arte de Ástor, lo que me transmite el Otoño Porteño que estoy escuchando en este mismo momento. Pero no me preocupa mucho, porque en definitiva sé que por más amplio que sea un vocabulario nunca le va a hacer verdadero honor a la música de Piazzolla, al genio que fue capaz de pensarle la vuelta de tuerca más asombrosa a uno de los pocos géneros musicales interesantes surgidos en Argentina.

Encima, acá está acompañado por cuatro músicos buenísimos, que comprenden a la perfección al artista y dialogan inteligentemente con ese bandoneón inquieto, expresivo, filoso. El violín lloroso de Suárez Paz en Adiós Nonino; la guitarra imaginativa de López Ruiz, que supo decodificar a la perfección los clásicos arreglos de Cacho Tirao y, al mismo tiempo, desarrollar un sonido personal, ligeramente funky, impregnado de efectos sabrosos; el danzar monstruoso del contrabajo de Console en Muerte del Ángel; el piano impecable de Ziegler en Chin Chin. Y al comienzo del final, esa cascada de caos que son los primeros segundos del tema que da título al álbum. Este recital deja bien en claro que Ástor Piazzolla ha logrado, como muy pocos tipos, unir al pasado y al presente en un universo creativo, por supuesto, atemporal.

01 - Lunfardo
02 - Muerte del Ángel
03 - Resurrección del Ángel
04 - Tristeza de un Doble A
05 - Adiós Nonino
06 - Chin Chin
07 - Otoño Porteño (Les 4 Saisons de Buenos Aires)


25/08/08:
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

RE-COPADO

JAlberto dijo...

No encuentro el link para descargar. Por favor resubirlo. Un abrazo desde Chile.

Josef Gaishun dijo...

JAlberto: Cierto. Parece que filehosting.cc murió definitivamente. No hay drama, entre hoy y mañana resubo el disco.

Un gran abrazo.