Nick Drake grabó tres álbumes en toda su vida. Este, Bryter Layter, es el segundo. Al igual que en el primero, Five Leaves Left, acá está acompañado por varios músicos -miembros de Fairport Convention, incluído Richard Thompson en Hazey Jane II, el multiinstrumentista y ex-miembro de The Velvet Underground John Cale, entre otros-, mientras que él siempre toca la guitarra y canta. Las composiciones de Drake son tristes, si bien nunca tediosas. Otoñales y nostálgicas, pero nunca muertas. A las canciones de Nick, a su guitarra, a su voz, le sobran vitalidad. Y es que es uno de los cantautores que mejor supo usar a su instrumento y voz como extensiones absolutas de su cuerpo: sus emociones, sus tristezas, sus lamentos, sus historias, sus lágrimas, están retratados con una autenticidad pocas veces vista. Nick jamás suena forzado. Es una caja de sensaciones que se abre en cada canción, siempre se percibe un corazón abierto en sus letras y melodías. Su voz es tímida, cautelosa y deja asomar un haz de dolor imposible de apagar. Su guitarra vibra con ternura y se quiebra como una hoja seca.
Y el resto de los músicos lo acompañan, van muy cerca de él en esta experiencia reveladora para espíritus sensibles. Es como si todos hubieran sabido, al momento de grabar, que estaban formando parte de un álbum único, un álbum de un artista que siempre se desnudó en sus composiciones e interpretaciones. Todos aportan pinceladas personales, y sin embargo siempre permiten que Drake se mantenga al frente. Las baterías de Mike Kowalski y Dave Mattacks son ricas en texturas, regalando tantos silencios como sonidos, el bajo de Dave Pegg es una columna vertebral perfecta y el acompañamiento ideal para la guitarra de Nick. Porque cada aporte, por más mínimo que parezca, brilla con fuerza en un contexto tan sutil y cristalino como este: ¿alguien es capaz de olvidar, por ejemplo, a la hechizante flauta de Lyn Dobson en la canción instrumental que le da nombre al disco? Pero si hay alguien que sobresale en estas grabaciones, más allá del cantautor, es Robert Kirby: sus arreglos de cuerdas y vientos le calzan a la perfección al clima penetrante y gris de Bryter Layter. Como si Kirby pudiera, más que nadie, ponerse en contacto con el interior de Drake y ayudarlo a transmitir sus sentimientos con una pureza y belleza absolutas.
Sin duda uno de los músicos que más extraño, Nick Drake fue un ser muy especial. Y a esta altura cuando, si bien nadie duda de lo trascendental de sus discos, la música que predomina en las radios y hogares es tan falsa y artificial, me parece fundamental rescatarlo. Escucharlo, pensarlo, mirarlo, llorar con él, redescubrir su obra e intentar llegar hasta el fondo de sus canciones. Descubrir los mil secretos que cada composición de Drake tiene para entregarnos. Y decirle gracias, porque sin duda se las merece.
01 - Introduction
02 - Hazey Jane II
03 - At the Chime of a City Clock
04 - One of These Things First
05 - Hazey Jane I
06 - Bryter Layter
07 - Fly
08 - Poor Boy
09 - Northern Sky
10 - Sunday
1 comentario:
Muchas Gracias !!!
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